Hay problemas de los que nos tenemos que preocupar todos y todas. Y sobre los que debemos dar lo mejor de nosotros y nosotras mismas. Ya sabéis cuál es uno de ellos: el calentamiento global, el cambio climático. La verdad es que este es un asunto que nos está poniendo entre la espada y la pared. Cada vez, la temperatura del planeta es mayor y resulta más insoportable vivir en según qué zonas de nuestra geografía. Por tanto, muchas personas ven su calidad de vida reducida a cotas que no les gustaría ni siquiera reconocer. Como es normal, hay que hacer todo lo que se encuentre en nuestra mano para corregir esta situación.
Se están tomando medidas desde todos los niveles de gobierno, aunque es verdad que la implicación a nivel político y a nivel social varía en función del punto concreto del que estemos hablando. La realidad es que cada vez hay una amenaza mayor sobre la vida que conocemos: sobre la calidad de los productos que hay en nuestro campo, sobre la aparición de posibles enfermedades en el cuerpo humano, sobre los riesgos que tiene el seguir dependiendo de combustibles fósiles y seguir dilapidando materias primas de un solo uso. La situación es peligrosa y el ser humano tiene que tomar la mayor cantidad posible de cartas en el asunto.
A lo largo de los próximos párrafos, queremos ver qué impacto puede tener el calentamiento global en una zona como lo es el norte de nuestro país. Ya sabéis que estamos hablando de una zona en la que suele haber una calidad de vida enorme, quizá más elevada que en el resto de la Península, y la pregunta que mucha gente se hace es si esa calidad de vida se puede ver amenazada por un problema como del que estamos hablando. La respuesta es que sí, que puede haber empeoramientos en ese sentido, como los va a haber en otras zonas. Es algo de lo que no puede huir nadie por mucho que se lo proponga.
Ya sabéis que el norte de España se caracteriza por ser una zona muy verde a causa de las lluvias regulares que suele tener a lo largo de casi todo el año. Pues bien, de acuerdo con una noticia que fue publicada en la página web del Huffington Post, el cambio climático amenaza esa naturaleza que podemos encontrar en esta amalgama de regiones. Se trata de una realidad que han advertido ganaderos, investigadores y ecologistas y que se va a manifestar en la subida de la temperatura del agua del mar, la pérdida de biodiversidad o el aumento de especies invasoras. Es una auténtica desgracia para la que se debe encontrar una respuesta.
¿Os imagináis una zona como lo es la de Asturias con un paisaje más propio de la provincia de Almería? Pues es precisamente este tipo de cosas las que pueden suceder a lo largo de las próximas décadas si no ponemos cartas en el asunto. Y por eso debemos extremar todas las precauciones y ejercer la máxima de las contribuciones al cuidado de nuestro entorno. Y es que, en caso de que no lo hagamos, vamos a perder muchas de las cosas que hacen que el norte de España sea una de las mejores zonas del mundo para vivir. Por tanto, tanto las familias como las empresas y las instituciones públicas de la zona tienen que ponerse manos a la obra.
Pero es que el cambio climático también tiene aspectos que pueden afectar a la manera en la que las personas pueden desarrollar o combatir enfermedades. No es solo algo que vaya a impulsar un malestar general en la sociedad, sino que va a tener fuertes implicaciones a nivel personal, como ese aspecto en concreto que acabamos de mencionar. De hecho, ese aspecto en concreto y del que ahora vamos a ampliar detalles puede ser incluso más dañino y mortífero que el otro. En otras palabras, podemos vernos más afectados por el agravamiento de enfermedades que ya tenemos que por la aparición de nuevas enfermedades, que por supuesto las habrá.
Uno de los problemas de salud que se puede agravar más en caso de que la situación relativa en cambio climático empeore es el que tiene que ver con las alergias. ¿Y qué tiene que ver el cambio climático con las alergias respiratorias? Pues, de acuerdo a lo que aseguran desde Probactis, expertos en un área tan concreta como la microbiota, mucho. Y es que puede tener una implicación directa en su prevalencia y severidad. Hay que tener en cuenta, en ese sentido, que el dióxido de carbono estimula la generación de polen por parte de las plantas, lo cual no es una buena noticia ni mucho menos para las personas que son alérgicas a este elemento, que son bastantes en nuestros pueblos y ciudades.
Acabáis de comprobar que la cosa va muy en serio y que todo lo que tenga que ver con el cambio climático tiene una influencia incluso más grande de la que podríamos pensar en un principio. Por eso se hacen llamamientos continuos a la gente para que ponga su granito de arena en lo que tiene que ver con este tema. Y es que, sin la colaboración de todos y todas, va a ser completamente imposible que le pongamos solución a una cuestión como de la que estamos hablando y que nos viene amenazando ya desde hace bastante tiempo. El tiempo precisamente corre en nuestra contra y debemos cambiar nuestra posición en este juego si queremos salir victoriosos del mismo.
Cambio de planes en lo que respecta al turismo en España
El cambio climático también está cambiando o va a cambiar algunas de las cosas que tienen que ver con el turismo en España. Y es que, debido a que un montón de gente va a considerar insoportable acudir a las zonas más cálidas del país a causa de las enormes temperaturas que van a tener que soportarse allí, el norte va a ganar enteros. Eso es lo que asegura una noticia publicada en la web de Efe Verde y que asegura que la gente va a variar su mirada hacia el norte a causa del calentamiento. No es para menos. Además de ser una zona muy rica y diversa en lo cultural, es evidente que la temperatura más templada va a hacer que mucha gente ponga por delante a esta zona que a la de las playas del Mediterráneo, que por otro lado ya están muy vistas.
Lógicamente, y aunque esta puede llegar a ser una buena noticia para las ciudades del norte del país, aquello que la causa es nefasto. La llegada de turistas al norte de España tiene que producirse por otras causas y no por el hecho de que en el resto del país sea horrible estar a causa de las temperaturas. Es necesario que nos pongamos manos a la obra para intentar paliar todas las malas noticias que vienen produciéndose en materia de respeto por el entorno y que podamos encontrar la forma de cuidar de una manera más eficaz del planeta. Si no es así, está claro que caminamos de manera directa e inexorable hacia la extinción.
Pero lo mejor es que no caigamos en derrotismos. Por un lado, hay que decir que el primer paso para acabar con la situación actual, que es el de ser conscientes de que nos encontramos ante un problema bastante grande, está dado. Y en relación al turismo del norte, hay muchos argumentos más para que continúe desarrollándose y que no lo tenga que hacer por el hecho de que un viaje a otras zonas del país o del mundo son prácticamente imposibles de visitar con motivo de su temperatura.
Estamos seguros de que vamos a encontrar la manera de conseguir tener más controlado todo lo que tenga que ver con el cambio climático. Pero es algo que, sin ninguna duda, exige el compromiso de todo el mundo porque hasta que tengamos controlado ese tema podemos tener problemas en el ámbito de la salud, como ya hemos visto más arriba. Este es un melón que hay que abrir más todavía para terminar de convencer a todo el mundo de que lo que está en juego es muy importante y que no hay nada que pueda merecer más la pena que eso.
Muchos países ya han tomado una barbaridad de medidas para intentar cambiar las cosas y lo cierto es que, poco a poco, se empiezan a visualizar ciertas mejoras. Pero es indudable que este es un proyecto a muy largo plazo y que sin duda es una carrera de fondo. Así nos lo tenemos que tomar y ser conscientes de que el coche eléctrico, el reciclaje y las demás medidas van a seguir proporcionando una mejoría todavía más sensible a este asunto, pero que esto no acaba aquí y que es necesario implementar más cosas hasta que llegue un momento en el que la Tierra recupere un estado de salud aceptable.