El estrés, la ansiedad, los nervios, todo esto son desencadenantes del llamado “rechinar de los dientes” que provoca desgaste, dolores de cabeza y mandíbula, etc. Dicen que es la nueva enfermedad de los dientes del s. XXI, pero esto es como todo: es nueva porque es ahora cuando más está apareciendo no porque antes no existiera.
Cuando empezaron a escucharse nombras tantos casos de cáncer, sida, enfermedades del trigémino o el actual ébola, se suele denominar falsamente “La epidemia del S.XXI”, “la enfermedad del S. XXI”, “el mal…” y demás apodos pero la realidad es que no estamos hablando de enfermedades que hayan brotado por arte de magia en este siglo sino, más bien, de enfermedades de las que hoy tenemos más conocimiento y se detectan identificándolas con mayor celeridad. ¿Hay alguien seguro al 100% de que en el siglo XVIII no había bruxismo? ¿ o de que en el siglo III no había cáncer? Por supuesto que no.
Todo esto lo vengo a decir porque se asevera que el estrés que llevamos hoy en día es el culpable de que esta enfermedad neurológica que afecta a los dientes esté tan presente en nuestra sociedad y yo no lo pongo en duda, pero el estrés ha sido algo inherente al ser humanos desde tiempos inmemoriales lo que me hace supones que el bruxismo no es cosa de ahora.
En la clínica madrileña Dental Morante están especializados en el tratamiento de esta enfermedad así como en ortodoncia, implantes dentales, periodoncias, etc. El mejor tratamiento, según especialistas, son los relajantes musculares y las férulas de descarga. El problema radica en que esos relajantes musculares no son algo que puedan tomarse de manera asidua y el bruxismo sí es algo que aparece de ese modo, por lo que lo más racional y lógico es recurrir a las férulas que evitan que estropees tus dientes mientras duermes y que el dolor de cabeza sea demasiado fuerte. La férula de descarga es un dispositivo acrílico que colocamos entre los dientes para posicionar los maxilares en la situación más fisiológica posible y que absorbe la fuerza que realizamos inconscientemente para no dañar nuestros apreciados dientes.
En el Correo Gallego podíamos leer un artículo hace poco tiempo en el que nos informaban de que el bruxista tiene los dientes desgastados, en ocasiones totalmente planos y que cuando el problema se acentúa es cuando aparecen los dolores musculares y/o articulares.
Las causas de este problema no radican solo en el estrés como muchos piensan sino que hablamos también de alineación inadecuada de los dientes, mala alimentación, una postura inadecuada e incluso los hábitos de sueño.
Algo que puede ayudarnos contra el dolor es masajear las zonas musculares de la mandíbula que más nos molestan, realizar ejercicios de relajación, beber mucha agua, y dormir bien nuestras horas de sueño diarias.