Las cocinas son elementos muy importantes en una casa, ya que son lugares en los que pasarás muchas horas de una manera o de la otra. Sobre todo si eres una de esas personas amante de la cocina que disfruta elaborando platos sencillos y complejos, y huyes de la comida rápida y pre cocinada.
Yo todavía recuerdo la cocina de mi primer apartamento, que me marcó para el futuro, ya que no tenía horno y el espacio para cocinar era minúsculo. De hecho, si quería cortar con comodidad tenía que ponerme en la mesa del comedor, lo que era extremadamente incómodo y muy muy sucio.
Decorar la cocina es un arte, y lo mejor de todo es que existen mil y un estilos para ello. Lo que más me gusta de las tendencias de estos últimos años es la combinación de los estilos, que permite crear espacios realmente interesantes. Aunque en mi opinión hay un aspecto que todas descuidan, y es el uso que se le da a la vajilla.
La manera en la que mostramos nuestra vajilla dice mucho de nosotros, y no quiero ponerme a hablar de psicología, pero la realidad es que mostrar una vajilla puede ser una excusa para decorar un área muerta de nuestra cocina o nuestro comedor. Y esto es sobre todo interesante si tienes una vajilla que utilizas con las visitas porque la has heredado, le tienes un cariño especial o porque son difíciles de limpiar. En mi caso siempre intento mostrar las copas que me regalaron mis cuñados en mi vocea, de la marca Giona Premium Glass, que rezuman calidad por cada costado.
Es precisamente sobre la decoración con las vajillas de lo que va a versar el presente artículo, ya que vamos a ver diferentes estilos que harán las delicias de todos aquellos que quieran poner a la vajilla en el lugar que se merece, a la vista y a mano de toda la familia, invitados y amigos que vengan a nuestra casa.
No ocultes esa vajilla que tan orgulloso te hace sentir
Existen diferentes maneras que te permiten exhibir tu vajilla de la mejor manera posible, y es que antiguamente en las casas era habitual ver composiciones en los armarios con la vajilla. Precisamente, podemos hacer un homenaje vintage en el que la naturalidad prima sobre la simetría y la perfección. La clave de una composición vintage es crear un bodegón que esté equilibrado en cada balda sin conseguir un patrón simétrico. En esta composición no puedes dejar de lado las jarras, ya que son realmente bonitas en la parte inferior de un mueble y transforman un rincón en una preciosa estampa. Rescatar piezas antiguas le dará a esta composición un toque antiguo que nunca pasa de moda.
Otra composición es la que utilizarías en una vivienda habitual, con una vajilla habitual. Esto más que una oda al arte es una manera de poner estilo a un aspecto que suele ser un desorden en las viviendas de manera constante. Puedes apilar platos y tazones, o platitos de café con sus correspondientes tazas para crear una familia de vajilla realmente curiosa.
El Mix & Match es una idea muy interesante que consiste en crear familias de vajilla en cada balda o espacio, incluso con piezas dispares. Aquí lo que se busca lograr es la imagen de un desorden aparente en el que se alternan las alturas y volúmenes, de manera que resulte atractivo en su conjunto.
Al igual que en las cocinas de nuestras abuelas, podemos presumir de una vajilla que vaya a juego con el estampado de la cocina. Existen muebles denominados plateros, que permiten colocarse pegados a la pared mediante clavos. Así se consigue combinar un mueble que suele ser liso con un fondo que a su vez complementa con la vajilla.
Y seguimos hablando de color, porque el menaje que acapara la mayor parte de las tendencias es el denominado open shelving o kitchen shelving, que es una forma de almacenar la vajilla en un espacio abierto para tener los objetos cotidianos siempre al alcance de la vista y la mano. Esto pega también con las fuentes de futura y postres que no pueden faltar en una cocina.