La climatología en el norte de España se caracteriza por las lluvias, el frío, las fuertes rachas de viento y demás fenómenos adversos. Es curioso que nuestro país sea conocido por exactamente lo contrario, por su sol, sus altas temperaturas y, por lo general, todo lo que implica el tener un clima cálido, mientras que en Galicia, Asturias, Cantabria o Euskadi lo más utilizado es el paraguas y el chubasquero.
Es verdad que nosotros, los norteños, estamos hechos de otra pasta. Sin embargo, no nos conviene descuidarnos ni descuidar a aquellos que tienen ese riesgo de padecer más problemas a causa del frío: los niños. Por eso es importante que dispongamos de unas prendas resistentes y con las que ellos se sientan no solamente calentitos, sino también cómodos.
Vivo en Bilbao desde hace más de veinte años. En este tiempo me he amoldado perfectamente a la ciudad, a sus costumbres y a todo lo que vivir aquí implica. Le tengo un cariño enorme a la gente, a los bares, al ambiente y al Athletic. Sin embargo, soy consciente del tipo de ropa que hay que utilizar aquí para no congelarse. Y para obtenerla y para que mi familia también lo haga, sólo confío en lo mejor.
Esa familia de la que os hablo es la compuesta por mi mujer y mi hija. La segunda apenas tiene siete años y sus defensas no son tan férreas como las que tenemos los adultos para combatir las bajas temperaturas que aquí padecemos durante buena parte del año. Por eso, y como apuntaba más arriba, la ropa es un factor importante para conseguir obtener una temperatura que como mínimo sea aceptable mientras caminamos por la calle o mientras estamos en casa.
Cansados de que nuestra hija se quejara siempre de lo poco que abrigaban las prendas que le comprábamos en la que hasta hace poco era nuestra tienda habitual, decidimos cambiar de lugar de adquisición de ropa infantil. Para entonces, mi mujer ya sabía que una franquicia que se encargaba de proporcionar ese tipo de ropa, Grupo Reprepol, tenía una tienda en la ciudad. Por eso, decidimos acudir hasta allí para, al menos, echar un vistazo a las prendas que ofertaban.
A los tres nos convencía el tipo de artículos que vimos una vez que estuvimos allí. Mi hija aseguraba que abrigaban bastante más que los que tenía. Se probó de todo: camisetas de manga larga, jerseys, chaquetas, abrigos… prendas que no solo era verdad que abrigaban un montón sino que, además, tenían un diseño mucho más moderno y original que la ropa que le habíamos comprado a mi hija con anterioridad.
Cambio a mejor
Después de unas semanas con la ropa nueva, mi hija nos comentó tanto a su madre como a mí que había notado la diferencia y que se encontraba mucho más a gusto cuando salía a la calle y rápidamente se daba cuenta de que no pasaba tanto frío como antes, cosa que agradecía y que se notaba puesto que durante aquel periodo de tiempo no sufrió ningún catarro, algo inusual hasta entonces.
Me parecía de tanta utilidad aquella tienda que le recomendé a mi hermano (que también vive en El Botxo) que le echara un vistazo para adquirir buenas prendas para su primer hijo, que nació hace unos pocos meses. La verdad es que a él la tienda le encantó y en ella pudo encontrar el tipo de ropa que andaba buscando para vestir a su primogénito.
En la actualidad, seguimos confiando en Grupo Reprepol para obtener la ropa infantil que necesita mi hija. Y no nos arrepentimos en absoluto, puesto que se trata de la franquicia líder en este sector y porque trabaja con una variedad de marcas muy grande y de mucho prestigio. Queremos lo mejor para nuestra prole. Y nosotros, desde luego, lo hemos conseguido.